Solemos olvidar el increíble rastro de información que a diario dejamos en Internet, a menudo de manera consciente y, más a menudo, inconsciente. Desde nuestra salud hasta, a veces, nuestros pensamientos y sentimientos más íntimos, todo lo confiamos a la red y, contrariamente a lo que parece, nada se pierde. Es lógico, por tanto, que la privacidad sea una preocupación cada vez mayor, e incluso una cuestión social y de Estado.
Conscientes de ello, las marcas tecnológicas intentan no solo blindar sus productos, sino difundir entre sus usuarios los conocimientos necesarios para una buena gestión de la huella digital. En este sentido, Xiaomi consagró recientemente unas jornadas a la seguridad y protección de la privacidad.
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Años ingenuos
Durante algunos años dejamos entrar Internet y, sobre todo, los smartphones en nuestras vidas de una forma un tanto acrítica, sin pensar en qué pasaba con toda la información que volcábamos en ellos. Autores como Marta Peirano comparan esta barra libre con el gran estallido consumista de EE.UU. en los años 50 del siglo XX, cuando millones de personas fueron fáciles “presas” de todo un zafarrancho publicitario, de todo un mar de productos que, en el fondo, no necesitaban y para el que no estaban psicológicamente preparados. En los años 60, la sociedad, menos ingenua, ya estaba lista para reaccionar de un modo más racional ante las “tentaciones” de los escaparates y los anuncios publicitarios. Pues algo así vivimos cuando, hace poco más de una década, se comercializó el primer smartphone: Fascinados por el dispositivo, lo incorporamos a nuestras vidas pensando poco o nada en la privacidad. Ahora eso ha cambiado.
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Privacidad en tu smartphone
Ahora la palabra privacidad está en todas partes. El 72% de los europeos está preocupado por el tratamiento de sus datos en Internet. Y cada vez son más las reclamaciones del llamado derecho a la supresión o al olvido. Este consiste en que, bajo ciertas condiciones, podemos exigir que los links a nuestros datos personales no aparezcan en los resultados de una búsqueda en la Red.
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Origen del derecho a la privacidad
Aunque la privacidad como concepto es algo que acompaña al ser humano desde siempre, la primera vez que se habla de ella tal como la conocemos hoy es en el artículo “El derecho a la privacidad”, de Samuel Warren y Louis Brandeis (Harvard, 1890). El concepto poco a poco se incorpora a los textos legales y cristaliza en la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948: “Nadie será objeto de injerencias arbitrarias en su vida privada, su familia, su domicilio o su correspondencia”.
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La era de Internet
Ese sistema funcionó bien por unas décadas... Pero entonces llegó Internet y cambió por completo las reglas del juego. Y la revolución no parece haber hecho más que comenzar: los asistentes de voz que tenemos en nuestros hogares o los wearables que monitorizan nuestro cuerpo son retos que requieren respuesta en cuanto a privacidad. Conscientes de ello, las marcas tecnológicas lanzan cada vez más baterías de medidas para que sus usuarios sientan garantizada su información personal. Cada vez son más populares las VPN (Virtual Private Network), por ejemplo. Los expertos aseguran que una protección efectiva debe basarse en una adecuada cobertura legal y técnica y en un uso responsable por parte del usuario. En este sentido, el lema de las jornadas de Xiaomi de las que hablábamos al principio fue: "La seguridad es nuestra responsabilidad compartida. Piensa siempre antes de actuar"
