La redacción de textos periodísticos mediante inteligencia artificial cada vez más indistinguibles de los salidos de la mente humana es hace tiempo una realidad. Hay, sin embargo, otras aplicaciones más oscuras de esta pasmosa tecnología: la generación de Fake News o desinformación.
Hace ya meses que la plataforma Avaaz denunció un lanzamiento masivo de noticias falsas sobre el coronavirus que, en gran medida, fueron (y son) producto de la inteligencia artificial. Luego entra el factor humano: Miles y miles de usuarios que esparcen acríticamente estas mentiras surgidas de un robot a través de redes sociales y servicios de mensajería como Whatsapp. Sin embargo, al igual que un hacker de sombrero blanco combate a un hacker de sombrero negro, una IA puede combatir a otra IA orientada a causar confusión social.
Infodemia: La otra pandemia
En Las Vegas, tramposos profesionales retirados y contratados por los casinos son los encargados de destapar a los nuevos tramposos. Algo así sucede en el campo de batalla de las fake news. La lucha es tan tenaz que la OMS habla de la "infodemia" como una pandemia paralela al coronavirus y que se refiere a toda la información errónea y malintencionada que circula libremente por todo tipo de canales. Muchas de esas falsedades son obra de la mano humana, pero se ha detectado que otras tantas son producto de la generación masiva de textos mediante modelos computacionales. Estos bots, procesando ingentes cantidades de texto, aprenden por sí mismos a crear mensajes idénticos a los que podrían salir de una mano humana. Esto no significa que entiendan el lenguaje, sino que son capaces de repetir patrones típicos, logrando una apariencia de realidad.
Detectar al "replicante"
Al igual que en la película "Blade Runner" de 1982 un "replicante" es el más dotado para descubrir a otros "replicantes", la IA es el mejor detector de IA: Frente a las fake news surgidas de inteligencia artificial están apareciendo herramientas como GLTR que determinan si el origen de un texto es humano o algorítmico. Para ello utiliza herramientas matemáticas muy parecidas a las de las máquinas a las que se pretende combatir. Con ellas calcula las probabilidades (la precisión total es imposible) de que un mensaje sea "robótico". Parece que el éxito de GLTR es considerable: Los evaluadores de noticias que lo emplean logran discriminar informaciones falsas con una tasa de éxito del 72%.
Escalada tecnológica
También un informe reciente de la consultora Deloite apuntaba a cómo la inteligencia artificial cognitiva puede aplicarse a la detección de datos falsos. Esto sería especialmente útil para los medios de comunicación a la hora de contrastar las informaciones que les llegan antes de difundirlas. En todo caso, la escalada de ingenios tecnológicos para colar mentiras en el tejido social está en todo lo alto y sin duda los métodos y las tretas serán cada vez más sutiles. Habrá que estar atentos.
