En cuanto estalló la pandemia, una de las primeras consecuencias de las que comenzó a hablarse era que los negocios internacionales se verían drásticamente dañados y así ha sido: De pronto los viajes a otros países para cerrar acuerdos quedaron interrumpidos. En el mejor de los casos, las vídeo-conferencias sustituyeron al inigualable cara a cara.
Una ingeniosa idea
Sin embargo, una start-up japonesa, Donut Robotics, ha desarrollado una ingeniosa solución que mata dos pájaros de un tiro: Se trata de una mascarilla que es a la vez traductor simultáneo, con lo que, además de protegerte de un posible contagio, puedes conversar con facilidad con un posible socio comercial cuyo idioma desconoces. Tenga éxito o no, la historia demuestra que pequeños inventos como este son los que a menudo cambian las cosas.
Ocho idiomas
El de la traducción simultánea digital es un campo que avanza a pasos agigantados desde hace unos años con dispositivos cada vez más rápidos, complejos y perfectos. Donut Robotics se hallaba inmersa en esta carrera cuando la pandemia vino a cambiar por completo el panorama. Fue entonces cuando a los responsables de la firma se les ocurrió unir dos conceptos e incorporaron el software que estaban desarrollando a una mascarilla protectora. La bautizada como C-Mask es una mascarilla inteligente capaz de traducir en ocho idiomas.
Wearable sobre mascarilla
El artilugio, compuesto de plástico blanco, se incorpora sobre nuestra mascarilla quirúrgica, y se conecta por bluetooth a un smartphone o tablet. A través de la app, las palabras se traducirán y reproducirán. En realidad, la traducción simultánea es sólo una de las potenciales posibilidades de este peculiar wearable. Así, por ejemplo, podría modular nuestra voz y hacer que sonase como la de otra persona, entre muchas otras potencialidades.
Distanciamiento social
La conexión bluetooth de la C-Mask con el dispositivo conectado a Internet funciona hasta a diez metros, según los promotores del producto, con lo que, afirman, se garantiza el respeto al distanciamiento social en hospitales, oficinas, restaurantes o la vía pública. Ante todo, se trata de facilitar la comunicación cara a cara.
¿Tendrá éxito? ¿Marcará la C-Mask el camino a otras o sólo es una circunstancia del momento actual? Como siempre, el tiempo y el mercado lo dirán. En cualquier caso, nadie puede negarles a los responsables de la empresa nipona la capacidad de leer las necesidades del momento.